En un juicio, se solicita una prueba de paternidad para esclarecer un conflicto donde dos hombres indican ser padres de dos adolescentes (un niño y una niña). Uno de los posibles padres no es hemofílico, mientras que el otro si que presenta esta enfermedad. Por otro lado, ni la mujer ni los hijos tiene hemofilia, aunque si que se ha detectado que la hija es portadora de esta enfermedad.